El viernes me fui a ver los monólogos de la vagina en el marco de los festejos de mi segundo aniversario de bodas.
La obra es genial, me hizo ir de las risas más grandes que he tenido al nudo en la garganta y ese sabor agrio en la boca, me hizo recordar la primera vez que conocí una vagina en carne y hueso, me hizo recordar y reafirma que fue mágico ese momento: una vagina de carne, hueso y pelos y yo, ella y yo, frente a frente.
Recurdo aquel momento, fue magico, y podrían pensar que fue el día que perdi la virginidad, pero no es así, sonorá a pelicula de Cuarón o algo así: perdí mi virginidad en un cuarto oscuro y frio, fue shido pero el día que pude ver aquella vagina quede atonito, por un momento cambie la exitación por consternación, pero lo supere enseguida y retome el control de la situación llevandola a un final extasioso, perdón, exitoso.
Después de haber conocido aquella vagina juvenil mi contacto con las mujeres fue diferente: ame a las mujeres, a todas y entendí también lo sagrado de la feminidad.
Hablaron de vaginas violadas y ultrajadas y me sentí impotente; hablaron de la vagina como creadora de vida y me sentí emotivo; hablaron de vaginas aventureras y me sentí exaltado; hablaron de vaginas ancianas y me sentí melancólico; hablaron de vaginas parlantes y con vestimentas extrañas y me senti acompañado; termino la obra y queria regresar.
Estimados lectores, vayan a verla (la obra y también la vagina) con su pareja y platiquen con ella (con su pareja y también con la vagina de su pareja).
1 comentario:
Taaambien soi de la opinion que la obra es excelente! =D
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