jueves, mayo 17, 2012

Escribir

Hoy tengo ganas de escribir, pero no sé por donde empezar, ni sé si quiera sí debo empezar. Tanto espacio por aquí.
Los días se han tornado eternos, se han tornado diferentes.
Es lo que tengo, es lo que hay.

viernes, mayo 04, 2012

Por qué me tarde?


Recuerdo aún aquel adiós,
sólo era tu voz en el teléfono
diciéndome que ya no, que no te molestara más,
que no quieres estar a mi lado jamás,
si tan solo hubieras sabido
que aquel día compre una joya de compromiso,
no me dejaste decirlo, pensaba dártelo esa noche
pero no me dejaste decir más,
te llame mil veces y nunca te encontré.

Después de mucho tiempo te volví a ver,
la fiesta de mi prima estaba muy bien,
Llegaste tú, me acerque a ti, solo quería hablar
pero empezaste con tu no te acerques,
no tenemos nada de que hablar,
te pusiste en un plan muy pendejo,
sólo quería pedirte la razón del aquel adiós,
por qué por teléfono, qué chingados paso,
mi declaración de amor fue por ese aparato,
por ahí te mande las flores, y esos besos,
como si mi mano hubiese cabido para tocarte,
para apretar tus senos, tus estriadas nalgas,
dime, contesta hija de la mierda.
Me pregunto qué hice mal, nunca te falle,
siempre aplaudía cuando cambiabas de look,
siempre con mis brazos abarque tus escasos 50 kilos,
qué hijos de su pinche madre hice mal.

Ayer tu amiga, tu mejor amiga, según tú
toco mi puerta, llego con la noticia de tu agonía,
dijo que se te seca el cuerpo, pura madre,
se está secando tu corazón y tu alma,
mucho años fuiste tú mi infección,
mi insomnio, mi puta la más linda,
de las mujeres la más pendeja
pero de las pendejas la más tierna,
me tenías en esta vida muerto sin poder descansar
y ahora me quieres ver para poder morir en paz.
Te perdono todo, aquella llamada,
aquel electrónico adiós, no quiero cobrar nada,
ni los dos mil pesos que le di a aquel joyero
por sacar a pasear una joya un rato fuera del local.
Lo único que no perdono es haberte conocido,       
de ahí en fuera puedes morir en paz.

Tú sólo dijiste que por qué me tarde
que después de seis años no pudiste esperar más.

Vladimir Aguirre Piedragil
Escrito el 6 de Junio de 2001