miércoles, junio 17, 2015

Estar de parto

En el trabajo continuamente digo "estar pariendo" por lo cual "estar de parto" me sonaba muy chistoso, pero la verdad creo que son cosas muy diferentes, estar pariendo ahora me suena a ese último momento del parto cuando el bebé ha coronado y estar de parto es todo el proceso de atención y soporte para la llegada de bebé.
El domingo estuve de parto (mejor dicho, fue el día culminante de todo nuestro "estar de parto"), llegamos 8:00 am al hospital y bebé llego 19 minutos antes de la media noche, fue un gran viaje. Fue una gran experiencia.
Pude ver a mi esposa deformarse y volverse a formar con cada contracción y al regreso de cada contracción ya era una versión diferente de ella misma, veía como cada contracción le entregaba algo, por un momento me detuve a contemplar su rostro, y había cambiado, justo en ese momento entró la doctora y dijo "ya tiene otra cara, vamos bien", y sí, sí era ella pero no la reconocía realmente, era una mujer tan diferente, era totalmente una mujer, era ella en su forma más femenina que jamas había yo visto.
Me volví a enamorar de la mujer.
Más tarde la vi romperse, en quien sabe cuantos pedazos, era el ser humano, era el ser biológico, era la madre naturaleza manifestándose de la forma más hermosa que he visto.
Y llegó el momento de pujar, ella estaba ahí totalmente entregada al movimiento de la vida, ya sin ninguna resistencia, un movimiento maravillosos, y por fin vino el último pujo y Luna Itzae nació.
En sistemica familiar se dice que el hecho de hacer el amor es la única forma de encarar a la muerte, de verla directo a los ojos y retarla, pero ese último pujo fue como darle un golpe en la boca del estómago y sentir como la vida nos sonrió al mismo tiempo.
En seguida de eso, basto que Ale respirara para volver a ser ella, en una nueva versión, volvió a ser también la mamá que cargaba con todo el amor a nuestra hija.
Otra vez me volví a enamorar, tanto como de la mamá como de nuestra hija.
Luna también hizo su trabajo: resistir como una guerrera y tomar su lugar durante el viaje.
Así fue como desde el viernes estuvimos de parto.
No tengo palabras para expresar todo lo que viví, lo he intentado expresar en este post pero sé claramente que no fue suficiente... y nunca lo será.
La clave de vivir está experiencia fue la doctora Eli Valencia, nos llevo paso a paso, midiendo y atendiendo todos los riesgos que se presentaron, atendió a la placenta de tal manera que Luna pesó 3,040 gramos.
Sin nuestra doula Isa no hubiera sido posible entender el maravilloso viaje por que le pasó Ale.
Gracias universo.

PD. Este post se escribió mientras vivimos nuestro posparto como una gran familia: Ale da pecho a Luna Itzae, mi mamá le lee un libro a Atala Paxia y mi suegra intenta replicar la receta de bisteces a la mexicana de mi tía Martha.