Yo soy esa historia que a nadie cuentas
Soy ese lunar que tienes y ahora entiendes
Soy ese amor que sientes y no demuestras
Soy ese estación de otoño que ahora prefieres
Soy esa canción que siempre compartes
Soy esa tracción que a medias ocultas Soy el otro significado de tus canciones Soy eso que sacudió todas tus letras
Soy esa duda que a diario asimilas Soy una herida que parece cicatrizada Soy eso que has decido que no recuerdas Hoy soy todo y al mismo tiempo soy nada
Quiereme como el infierno quiere al cielo,
quiereme como la madera quiere al fuego,
quiereme como el mar quiere las montañas,
quiereme como la noche quiere las mañanas.
Complementame como la noche es complementada por las mañanas,
alimentame como el mar es alimentado por las montañas,
consumeme como la madera es consumida por el fuego,
necesitame como el infierno es necesitado por al cielo,
necesitame como yo te necesito a ti.
Creo que retomaré como algo más en serio este espacio.
Tengo tanto que expresar. Tantas palabras.
Estaré dandome un espacio en el tiempo para publicar en este no-espacio.
Todo lo que fue volverá a ser y todo lo que es dejará de ser.
Hace unos días publique un tuit donde la canción de "Dale de comer al conejito" lo marque como un soundtrack, y si, es parte del soundtrack de mi vida.
Creo que vale la pena escribir a cerca de ellos. Espero poder escribir de más bandas: mis recuerdos más vívidos son evocados por canciones y aromas.
Recuerdo a los seis o siete años a mi primos los mayores en la fiesta de año nuevo escuchando esa canción y varias otras del ese disco ("No me hallo") una y otra vez, incluso tenía la sensación de que esas canciones generaban un efecto de embriaguez colectivo a las personas que se aprendieran las letras y las cantaran al ritmo del aparato de sonido.
Tiempo después, en otras reuniones familiares, de vez en cuando tocaban algunas canciones de ese disco y los primos mayores contaban las historias acontecidas al rededor de esas canciones: de cuando amanecieron y mi abuela Atala los metio a dormir, de quien se quedo dormido en la hamaca, de quien andaba descalzo y más cosas.
Cual fue mi sorpresa que al empezar a armar mi criterio musical descubro que ha sido influencia de varias de mi bandas favoritas.
Al llegar a la universidad me reencontré con ese mismo disco y disfrute varias tardes (con el aquel rico clima de Cuernavaca) únicamente escuchando el disco. sin hacer nada más, sólo oir esas canciones una y otra vez (descartada la idea de embriaguez antes mencionada), volvían los aromas y las voces de aquellas noches/madrugadas de mi infancia.
Al llegar a trabajar a la BMV me volví a encontrar con el disco, cada vez que lo oigo me lleno de buen humor.
Hoy en día traigo al menos un par de canciones en mi teléfono listas para recorrer la ciudad, amenizar alguna reunión o simplemente para compartir mi soundtrack.
Y así ese disco se ha convertido en parte del soundtrack de mi vida.